Elizabet Portal Moncada
21_05
21_04
MARCO CONCEPTUAL
Gestión comunicacional
Comunicar, hacer que otro participe de aquello que poseemos, hacer que sea común a él y a nosotros. Desde esa perspectiva, aprender a comunicar es un buen camino para contribuir a la mejora de las relaciones entre las organizaciones públicas y los ciudadanos.
En la actualidad, cualquier organización necesita comunicarse y relacionarse con su público de forma práctica y efectiva sin embargo en los últimos años la comunicación pública, vista como “La lucha de los sujetos por intervenir en la vida colectiva y en el devenir de los procesos políticos concernientes a la convivencia con «el otro» y por participar en la esfera pública, concebida ésta como el lugar de convergencia de las distintas voces presentadas en la sociedad." (McQuail, 1998, p. 112), ha sufrido un proceso intenso de transformación. Su significado, sus funciones, sus objetivos y formas de gestión están cambiando. Se observa claramente como, en las últimas décadas, ha pasado de jugar un papel marginal a desarrollar un rol importante como instrumento esencial de la democracia. Asimismo, la gestión comunicacional involucra una planeación estratégica, entendida como “Un proceso interactivo y holístico de formulación, implementación y control de la estrategia, que tiene un conjunto de insumos que se transforman paulatinamente para obtener varios resultados que impactan en la satisfacción de diversos tipos de demandas del entorno.” Y que derivan en la transformación social, a quien Jaurena (2011), define así: “el proceso mediante el cual los miembros de una comunidad desarrollan conjuntamente capacidades y recursos para controlar su situación de vida, actuando de forma comprometida, consciente y crítica, (...)” Lo cual identifica que los procesos de gestión comunicacional asumen un papel destacado al hacer que sea común el valor, y el compromiso de una sociedad.
En este trayecto, donde los objetivos de reforzar la ciudadanía y las instituciones públicas son uno de los hitos más preciados, dos ámbitos de gestión se han transformado y han ganado una atención especial: los procesos de participación ciudadana y la gestión de la comunicación pública. La participación es, pues, una realidad notablemente arraigada en el discurso de la gestión pública actual, que se define como “la intervención social institucionalizada o conjunto de acciones de quienes ejercen posiciones de dirección en la estructura estatal”, está orientada a dar respuesta a las necesidades de la población con recursos estatales a través de planes, programas y proyectos de carácter unidireccional y representativo (Duque Daza 2014). Pero estas han determinado de forma notable el interés asignado al ámbito de la gestión de la comunicación pública, ahora la comunicación representa un apoyo para poner en marcha las estrategias prioritarias de proximidad y receptividad.
Los recursos que nos proporciona la comunicación como Herramientas comunicativas, “aquellas; que el emisor y el receptor se encuentren en diferentes espacios y tiempos en el acto de comunicar, permitiendo así la participación que coadyuvará a la construcción social del conocimiento, a partir de la interacción e interactividad adecuadas para tal fin”. Rincón (2013) pueden ser de gran utilidad puesto que no tenemos que olvidar que, en buena parte, la participación debe ser entendida como un ámbito del sistema de relación entre administración y ciudadanía.
El éxito de los procesos participativos tiene mucho que ver con nuestra capacidad de poner en valor aquello colectivo, público, con nuestra capacidad de movilizar sentimientos, de favorecer conocimientos y de gestionar relaciones humanas. En este entorno, las habilidades comunicativas y relacionales son imprescindibles para propiciar la Comunicación participativa que “Se en tienden como los diálogos que tienen los individuos involucrados en un proceso social determinado.” (Cimadevilla,2011). Aquellos que mejor sepan utilizarlas y gestionarlas, estarán trabajando para conseguir mejores resultados en los procesos que comportan la participación directa de las personas. Es en este sentido que es importante entender la participación no de manera aislada, sino como un escenario relacionado a gestionar.
Desde el punto de vista de la gestión
comunicativa, los escenarios de participación son escenarios altamente
exigentes y complejos. Implican no sólo la gestión de contenidos o Planes de
acción, que según Carlos Fernández Collado “es un conjunto de técnicas y
actividades encaminadas a facilitar y agilizar el flujo de mensajes que se dan
entre los miembros de la organización, o entre la organización y su medio; o
bien, a influir en las opiniones, actitudes y conductas de los públicos
internos” (Fernández, 1999) sino también métodos de participación como el Diagnostico Participativo, definido como “El proceso social a través del cual se promueve la participación
directa de los productores y sus familias en la identificación, caracterización
y jerarquización de los problemas económicos, sociales y técnico-productivos,
que afectan sus hogares, sus parcelas, explotaciones o empresas, y sus
comunidades como un todo” (CEPAL,1997) diseñado para obtener las opiniones de la ciudadanía y útil para la Promoción
comunitaria, “proceso, en el que las personas analizan sus problemas,
buscan soluciones e intervienen en las decisiones que les afectan, lo cual
desarrolla la conciencia de sus cualidades y potencialidades, y les permite
asumir la responsabilidad de su propio desarrollo individual y colectivo”.
Si queremos que la gestión comunicativa
contribuya al éxito de los procesos participativos también se debe planificar y
coordinar estrategias o instrumentos como la articulación interinstitucional,
que “Hace alusión a la necesidad de asociar los niveles de gobierno con las
instituciones que lo constituyen con el fin de aumentar los recursos y
capacidades. Según Villar (2002)
Participación
comunitaria
Una
participación comunitaria significativa abarca más que la simple participación
física e incluye la generación de ideas, los aportes para la toma de decisiones
y la responsabilidad compartida. Velázquez aporta que la
participación comunitaria puede ser entendida como: “el proceso social a través
del cual los distintos actores de la población, en función de sus propios
intereses (de clase, de grupo, de género, etc.) intervienen directamente o por
medio de sus representantes y/u organizaciones, en la marcha de los distintos
aspectos de la vida colectiva” (Pagani, 1998).
La participación como verdadero mecanismo de Fortalecimiento
Ciudadano que “genera cambios en las
dinámicas de poder para permitir la participación de los sujetos en la
comunidad en favor del desarrollo autónomo y sostenible.” (Montero, 2006). Contribuye a que las comunidades formen de
manera consciente una Identidad Colectiva definida por Catalina Arteaga
como "la autopercepción de un nosotros relativamente homogéneo en contraposición
con los 'otros', con base en atributos o rasgos distintivos, subjetivamente
seleccionados y valorizados, que a la vez funcionan como símbolos que delimitan
el espacio de la mismidad identitaria” (Arteaga, 2000).
El sentido de comunidad que logren los miembros de una determinada
comunidad, actuará como elemento potenciador de la dinámica social, definida
como “Comportamiento grupal como resultado de las interacciones que
se dan entre los integrantes de este. La primordial suposición es que el
comportamiento de un individuo es afectado por el comportamiento de los
individuos que rodean a este, y a su vez el comportamiento de los que lo rodean
se ve afectado por este mismo” (Vital; Flores; García; Montiel y Sánchez,
2013).
Se asume que
el sentimiento de pertenencia de las personas al grupo genera una motivación
hacia la participación, un deseo de Organización
comunitaria que “(…)
reconoce que, para cambiar, todos debemos sentir la necesidad de cambiar, y que
es más probable que lo hagamos cuando participamos en el aprendizaje y la toma
de decisión grupal (Minkler, 1990). actuar con los demás para el logro de
objetivos comunes. Esta a su vez se
basa en los principios de Empoderamiento
Rappaport (1984), Uno de los padres de la teoría del empoderamiento desde
la psicología comunitaria, definirá el empoderamiento como “Un proceso por
el cual las personas, organizaciones y comunidades adquieren el dominio de sus
vidas, a partir del desarrollo de los recursos individuales, grupales y
comunitarios que generan nuevos entornos, mejorando la calidad de vida y el
bienestar.” También basada en habilidades comunitarias y participación
activa.
En el proceso de desarrollo comunitario que Caride lo caracteriza diciendo “Que
es un desarrollo que se reconoce y reivindica como “alternativo” en los logros,
que comporta la construcción de la sociedad civil, la sustentabilidad y la
ciudadanía, exigiendo una presencia responsable y activa de los poderes
políticos y de las Administraciones Públicas en dichos logros (2006:9). Se
propician estratégicamente espacios de diálogo que “constituyen un
proceso de comunicación y cooperación entre diferentes actores relevantes para
un tema, que deben colaborar para el desarrollo mutuo y del propio sistema
relacional al que pertenecen (identificar soluciones e implementar acciones”
Alexander Rayo (2013).
Durante el
proceso de desarrollado con la comunidad es necesaria la vinculación con la democratización definido como “El poder de
la población se institucionaliza a través de las libertades civiles que
permiten a las personas gobernar sus propias vidas y a participar del ámbito
público.” Chistian Welzel (2008)
para lograr en el reconocimiento y manejo de la agenda pública que incluye
una serie de temas o problemáticas que engloban a una comunidad. “Es el
compendio de temas que son objeto de una amplia atención o, por lo menos,
conocimiento; requieren de acción desde el punto de vista de una considerable
proporción del público; y son percibidos por los miembros de la comunidad como
cuestiones que caen dentro de las competencias de alguna unidad gubernamental”
(Tamayo, 2005) y contribuir en la planeación y avance del desarrollo
democrático.
Es fundamental que la participación comunitaria se considere
uno de los puntos clave de la planeación, ejecución y seguimiento de los
proyectos, fortaleciendo así el tejido social y el Liderazgo "Es una actividad
colectivamente coordinada –consciente o inconscientemente– que opera en las
interacciones sociales, a través de la cual se construye y se fortalece el conocimiento
y la cultura de la organización respecto a la consecución de metas y
objetivos" (Rojas, 2012).
Referencias:
ü https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/27169/M20130025_es.pdf?sequence=1&isAllowed=y
ü https://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/400078/emm1de1.pdf?sequence=1
ü https://core.ac.uk/download/pdf/157762609.pdf
ü http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-350X2013000200005
ü https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-69242014000200014
ü https://es.slideshare.net/Shegalindez/qu-es-un-diagnstico-participativo-8741594
ü https://www.tesisenred.net/bitstream/handle/10803/386512/RRGH_TESIS.pdf?sequence=1&isAllowed=y
ü https://repositorio.uasb.edu.ec/bitstream/10644/6391/1/T2732-MGD-Nu%C3%B1ez-Gestion.pdf
ü https://www.redalyc.org/pdf/4915/491549032001.pdf
ü http://www.scielo.org.co/pdf/unih/n74/n74a11.pdf
ü https://repositorio.ucv.edu.pe/bitstream/handle/20.500.12692/28185/diaz_rc.pdf?sequence=1
ü
https://www.cepal.org/sites/default/files/publication/files/27169/M20130025_es.pdf
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